Mi experiencia feminista

Mi feminismo
Luchamos con amor por un mundo mejor

Cómo me hice feminista

Uno de los momentos que más nos confronta y nos hace sentir el peso del Patriarcado es cuando asumimos los roles de esposa y madre.  ¿Cómo que lo que te gustaba de mí cuando éramos novios ya no te gusta cuando somos cónyuges? ¿Qué ha cambiado si somos la misma pareja?  ¿Por qué el cuidado de la casa y de los hijos/as es una responsabilidad sólo de las mujeres? ¿Es que soy una mala esposa y una mala madre por querer estudiar, trabajar o ir al gimnasio o a una reunión en la asociación de la vecindad? 

Me uno al movimiento de mujeres cuando, en 1980, se inaugura la Casa feminista (sede de tres grupos de mujeres “ALIMUPER”, “Creatividad y Cambio” y “Flora Tristán”) donde se ofrecen talleres de discusión sobre teoría feminista, pero al mismo tiempo brindan un espacio seguro, donde participaban sólo mujeres para poder hablar libremente sobre cómo se vivía la experiencia de ser mujer.

El movimiento feminista

Entre 1978 y 1983 prolifera en Perú el surgimiento de nuevos grupos autónomos de mujeres feministas, de secciones femeninas en el interior de los partidos de izquierda y de las organizaciones gremiales. Nuestras inseguridades, dudas y reflexiones eran compartidas para que juntas fuéramos entendiendo que no se trataba de un asunto personal, sino más bien político. Yo me enteré por una compañera de la universidad, que me llamó para contarme del proyecto y me pidió ayuda para tipear en esténcil y luego reproducir copias de los materiales para los talleres en un mimeógrafo.  Mientras copiaba los textos me fui empapando del discurso y la teoría feministas. Tenía 22 años, un marido, un hijo y un nuevo embarazo cuando descubrí que eso que me sucedía a mí le pasaba a ¡todas las mujeres!!  Uff, ¡qué alivio! ¡qué alegría! Aunque también, ¡vaya panorama! Empecé a asumir el feminismo en la época en que la gente creía que las feministas no teníamos hijos ni éramos jóvenes…  y que sólo mostrábamos nuestra vocación de actuar en el escenario social y político del país.

Duros comienzos

Este es el inicio de la conformación de nuevos grupos que luego fueron llamados «colectivos», donde se tratan temas específicos (derechos reproductivos y sexuales, violencia contra la mujer, coyuntura económica-política). De esta forma también se intentaba incorporar nuevas mujeres al movimiento. No era fácil llamarse feminista en esa época. A diferencia de las marchas convocadas por las diferentes organizaciones sindicales y populares, el denunciar y participar en actos públicos con temas como el aborto, la prostitución o la violencia de género, hacía dudar a las mujeres y no estábamos seguras si era o no prioridad protestar públicamente por las reivindicaciones específicas de las mujeres en un país donde la mayoría de la población no tenía para subsistir. El feminismo en el Perú en esa época tenía una propuesta de transformación de la sociedad, donde la desigualdad de género y clase se resolverían conjuntamente. Costó mucho llamarse «movimiento feminista».

Este es el inicio de la conformación de nuevos grupos que luego fueron llamados «colectivos», donde se tratan temas específicos (derechos reproductivos y sexuales, violencia contra la mujer, coyuntura económica-política). De esta forma también se intentaba incorporar nuevas mujeres al movimiento. No era fácil llamarse feminista en esa época. A diferencia de las marchas convocadas por las diferentes organizaciones sindicales y populares, el denunciar y participar en actos públicos con temas como el aborto, la prostitución o la violencia de género, hacía dudar a las mujeres y no estábamos seguras si era o no prioridad protestar públicamente por las reivindicaciones específicas de las mujeres en un país donde la mayoría de la población no tenía para subsistir. El feminismo en el Perú en esa época tenía una propuesta de transformación de la sociedad, donde la desigualdad de género y clase se resolverían conjuntamente. Costó mucho llamarse «movimiento feminista».

En 1985 participé activamente en la campaña a las elecciones de dos mujeres integrantes del movimiento feminista, que se presentaban como candidatas en calidad de independientes en las listas de Izquierda Unida a las elecciones generales (una a la diputación y otra al senado). La campaña Vota Por Ti Mujer nos enseñó muchas de nuestras limitaciones (tal como se señala en Vargas 1989) pero significó una experiencia de aprendizaje importante para mí, ya que constaté las enormes dificultades para la participación política de las mujeres.

El Día Internacional de la Mujer

En 1910, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague, se reiteró la demanda de sufragio universal para todas las mujeres y, a propuesta de Clara Zetkin, se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En 1911 se realiza la primera celebración y a partir de esa fecha se celebra en muchos países el Día Internacional de la Mujer. Ese día confluyen, junto con las feministas, mujeres pertenecientes a sindicatos, organizaciones vecinales y partidos políticos. Se trataba de desvelar la problemática de la mujer evitando su utilización para fines políticos partidarios. Esta clara separación con lo político partidario de ninguna manera nos alejó a las feministas de la lucha por la defensa de los derechos humanos. En esa línea, recuerdo dos eventos importantes:

  • La campaña de denuncia de la violación a Georgina Gamboa por efectivos del ejército en 1981.
  • La marcha de mujeres de negro en (1980), denunciando la desaparición de cuatro ciudadanos argentinos en el Perú (como parte del plan de las dictaduras de Chile, Argentina, Bolivia, Uruguay, Brasil y Perú denominado Operación Cóndor).

Mientras mucha gente callaba y se escondía, las mujeres en primera fila defiendo la vida… siempre.

Sororidad

También recuerdo el combate constante a los medios de comunicación y su consideración del cuerpo de la mujer como una mercancía más. Una de las primeras manifestaciones en las que participé desvelando el sexismo se realizó frente a un hotel en contra del Concurso Miss Universo que se realizaba en el Perú:  «Sea fea o sea hermosa la mujer no es una cosa«. El ser diferentes no tiene por qué ser objeto de ningún tipo de discriminación ni opresión. ¡Nada justifica ese afán posesivo de muchos hombres que suele desencadenar actos de violencia! Los talleres de feminismo, sexualidad y patriarcado nutrieron mi vida cotidiana y me hicieron una mejor persona. Dar y recibir en esa hermosa relación de afecto y solidaridad que nos ayuda a enfrentar las diversas violencias que la noción de Mujer ejerce contra las personas, hoy más conocida como «sororidad».

Proactividad

No teníamos temor ni nada nos amilanaba, recuerdo nuestros murales y carteles denunciando el machismo y la violencia de género en plazas concurridas por hombres en pleno Centro de la Capital…   Enfrentarse a los retos siempre ha sido y será mi pasión porque es la mejor ocasión para innovar y aprender. En esa ruta están mis incursiones en la radio, alguno que otro programa en la TV que gracias a no sé qué exactamente se repitieron por muchos años una y otra vez…  ¡Realizaba talleres sobre métodos anticonceptivos estando embarazada de mi tercer hijo! jajaja.

Organizando eventos

Una de las cosas que me ha servido increíblemente para futuras experiencias organizativas, ha sido la participación en la Organización de dos eventos:

  • El II Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (1983). Hubo una riada y el local que teníamos reservado se inundó de agua, piedras, barro, maleza… Dijeron que venían una cantidad de personas y al final se presentaron el doble…  Aún así lo resolvimos todo y fue un éxito…
  • El Festival «Canto a la Vida» (por 9 años consecutivos), que expresaba una nueva forma de hacer política que reafirmaba la celebración, lo positivo y demostró que no sólo son válidas las marchas de protesta.

Es importante anotar que ambos eventos fueron autofinanciados, realizados en base al trabajo voluntario y financiado con las cuotas de inscripción de las participantes en el primero y el segundo cobrando el valor de una entrada de 2€ aproximadamente.

Liderazgo femenino

Pero de todo mi trabajo con las mujeres y el movimiento feminista no puedo dejar de destacar lo que significó mi experiencia con las mujeres líderes que estaban organizadas en federaciones y comités populares de mujeres…. Ya no hablo de lo que era ser trabajadora de una ONGD, me refiero a la relación personal que establecí y a las diversas actividades en las que participábamos al margen del trabajo, en favor de la libertad, la igualdad, parafraseando a sus lideresas: No queremos ser masa de trabajo como peonas, queremos aprender a dirigir, a hacer propuestas en beneficio del proyecto de nuestra comunidad (ver vídeo de reportaje a la inauguración de un Centro de Acopio de la Federación de Mujeres en el que estuve presente).

En un mundo de violencia

Una experiencia de solidaridad y amor a la vida que experimenté fue en el Taller «Derechos humanos, vida cotidiana y movimientos de mujeres» en Santiago de Chile organizado por la Red Latinoamericana de Acogida e Intercambio. Institución creada por compañeros/as que querían retribuir el apoyo recibido por la gente de Perú y Colombia en la época de la dictadura de Pinochet. En los 90 Perú y Colombia vivían una situación de guerra interna (salvando las diferencias) y se necesitaba de un espacio de tranquilidad y armonía como el que se nos brindó, pudimos reconectar con nosotras mismas, rearmarnos para seguir trabajando y enfrentando la vida en países con violencia interna.  En esa oportunidad, conviví un mes con Pascuala Rosado, lideresa de una localidad del Este de Lima amenazada de muerte. No debía regresar al Perú, pero extrañaba mucho a sus hijos, a su casa y se dejó convencer por el esposo y no se exiló.  Años después fue asesinada y también despedazada con dinamita (como María Elena) por el grupo terrorista Sendero Luminoso.

En España

Como no podía ser de otra forma, cuando llegué a España participé en las movilizaciones que ha realizado el movimiento feminista (trasladándome a Madrid en varias ocasiones) y también he intentado apoyar diversos proyectos en pro de la igualdad en Castilla La Mancha, pero, aunque he coincidido con mujeres extraordinarias, los resultados no han sido los esperados. Ha sido recién gracias a Podemos y desde el Círculo Estatal Feminismos donde he encontrado nuevamente el espacio y un grupo humano maravilloso con el que impulsar el empoderamiento de las mujeres, tanto a nivel de la ciudad como en el mundo rural.

Vídeo Encuentro Feminismos CLM

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Mi feminismo

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Además de mi propuesta de trabajo seré fiel a lo establecido en el Documento elaborado en el Círculo Sectorial de Feminismos CLM donde se precisa:

  • Apostamos por la paridad radical y hacer de ella nuestra seña de identidad. Esta radicalidad nos pone en una paridad que supere el 60-40 en las listas electorales, e incluso supere las cuotas de forma que, ante mayorías femeninas, aquellas no perjudiquen a las mujeres.
  • Esto implica, listas paritarias con cuota mínima de 50-50 y con cremalleras que en ningún caso perjudiquen a las mujeres. Este criterio también se aplicará en las confluencias y en todos los actos de la vida política: campañas electorales, mítines, presencia en medios, gestión de redes, etc.
  • Las cabezas de lista, en su conjunto, deben cumplir criterios de paridad, así como todos los procesos de elección interna. Esto ha de cumplirse en todos los procesos electorales locales y autonómicos, tanto si hay algún tipo de confluencias como si PODEMOS concurre en solitario. También en todas las estructuras supramunicipales (grupos de coordinación provinciales, comarcales o cualquier otra estructura supramunicipal que se cree para la organización regional).
  • Las contrataciones se regirán por el Estatuto de los Trabajadores, los Convenios Colectivos en vigor, los criterios de igualdad, mérito y capacidad y se someterán a estándares de transparencia. Respetarán 50-50 y afectan al ámbito municipal y regional.
  • Las portavocías serán mixtas. Las Secretarías Generales y/o cualquier órgano de carácter unipersonal serán rotatorias de forma que alternará hombre-mujer o mujer-hombre, tanto como medida de acción positiva como por corresponsabilidad dentro del partido.
  • Se tiene que potenciar la actividad en espacios físicos más que virtuales debido, por un lado, a la brecha digital en estos ámbitos y, por otro lado, a fomentar la creación de redes personales, facilitando la existencia de espacios infantiles, estimulando la rotación de horarios de asambleas, investigando la utilización de espacios y tiempos no formales para la toma de decisiones.
  • Eliminación de los espacios no formales en las tomas de decisiones. Es en estos espacios no formales donde las mujeres no tienen presencia y donde tradicionalmente en la forma de participación política patriarcal se trazan estrategias, se toman decisiones, etc.
  • En cualquier órgano municipal habrá una persona responsable del área de feminismos, independientemente del número de militantes.
  • El área de Igualdad pasará a ser la Secretaría de Feminismos, con dotación presupuestaria propia y contará con los medios tanto económicos como humanos para poder llevar a cabo su función.
  • La Secretaría de Feminismos Regional formará parte del Consejo de Coordinación o cualquier espacio orgánico de toma de decisiones. La Secretaría de Feminismos no estará adscrita a ningún área en concreto, pero trabajará coordinada con el resto de las áreas desde una perspectiva transversal y de género.

Dado el firme compromiso de Podemos con el feminismo y la igualdad nos comprometemos a poner en vigor un protocolo de actuación contra el acoso sexual o por razón de género, con el fin de prevenir el acoso sexual o sexista, detectarlo e identificarlo y sancionarlo.